En su campaña de despedida el rejoneador español va de la emoción a la bronca retumbando aplausos y abucheo.
 

A Angelino de Arriaga se le escapa el indulto, José Luis Angelino da vuelta al ruedo, Luis Gallardo saluda desde el tercio, Javier Gallardo es ovacionado y el becerrista David Juárez escucha aplausos en el gran coso hidalguense. Los toros de Rancho Seco y cinco, junto con el eral de Atlanga ofrecen emotivo juego.

La expectativa se ha fincado una vez más en Hermoso de Mendoza como garantía de espectáculo al manejo de cabalgaduras: rodar y parar la base, para elevar paulatinamente el nivel al colocar fierros, banderillas, cortas, previos atracción de res, de lado o cosido a la grupa con recortes de Trinchera y Arrucinas.

Sin embargo al llegar el momento culminante, pinchazos y golpes de descabello silenciaron el encanto con su primero. Y el acabose vino ante la lluvia de aceros para despachar al segundo también de Rancho Seco. En la piedra y rebotada techumbre el público que hizo la media entrada ha reventado al caballista en insólito abucheo. apagando hasta Las Golondrinas.

Para los de a pie, Angelino de Arriaga se llevó el mejor astado al torearlo y banderillearlo a placer. Toro entregado hasta que entrara en confusión asaltado por las dudas para empuñar la espada cuando el clamor pedía el indulto. Un bocinazo del juez Roberto Valencia le obligó a empuñar el acero, tardado en introducirse. Ovación.

José Luis Angelino anduvo por el mismo tenor del toreo variado con la capa, banderillas y muleta ante embestidas por ambos lados, sobre todo en las tandas por redondo; si acaso aquella Larga cambiada al recibo le deslució al ceñirse el astado en tablas. Las fallas con el estoque alcanzaron la vuelta al ruedo ante la calidad ofrecida por Atlanga.

Luis Gallardo ha reverdecido su etapa novilleril al torear a la mexicana barbilla al pecho al trazar su faena tan llena de matices, tras la vara de Juan Carlos Paz al aguantar el duelo con el toro dejándoselo asentado. Detalles caminándole al toro, muleta en malabar y hasta ahí, pues la traicionera espada solamente le ha permitido la salida al tercio.

El momento sentimental del festejo ha quedado a cargo de Javier Gallardo al brindarle su faena a Pablo expresándole su agradecimiento de alternante con un señorón de los ruedos. Los medios pases estuvieron plagados de serenidad para ofrecerse con buen gusto con la muleta; no así al irse tras la espada. Sonora ovación.

David Juárez ha dado sus primeros balbuceos con las telas; un arropón centró el ambiente al simular la estocada. Y para el becerrista las palmas le acompañaron.