Arturo Saldívar indultó un gran toro de nombre “Negro”, y Sergio Flores ha hecho lo propio al cuajar una gran faena para cortar dos orejas, en tanto, que Fernando Ochoa que regresó a los ruedos para unirse a este homenaje, cortó una oreja. José María Mendoza, el novillero, también mostró la solvencia ante el más complicado del encierro.

Con la emoción a flor de piel comenzó este festejo en “La Florecita”, donde se reunió a la familia de los homenajeados, para tributar tras el paseíllo un minuto de aplausos al tiempo que se han liberado mariposas blancas en su recuerdo. La mejor manera de contribuir a su legado fue con el triunfo de los toreros de casa y su ganadería.

La tarde abrió con la actuación del novillero José María Mendoza, que solventó una firme actuación desde que bregó con torería a “Siempre Juntos”, de 450 kilos, con el que destacó con el remate con una media. En la faena de muleta supo resolver las complicaciones y exigencias que tuvo el de Caparica, estando con muletazos de poder, al final, recogió los aplausos.

Con el segundo, “Abuelo”, de Caparica, Fernando Ochoa impregnó la clase desde que abrió su capote para torear a la verónica con gran empaque, así como en los buenos tiempos, sintiendo una vez más las emoción del público. Con la muleta trazó el temple y la clase con hondura, evocando sus mejores tiempos en activo, el toro tuvo virtud y nobleza por ambos pitones pero por el izquierdo fue extraordinario y así supo torearlo el michoacano que alargó el trazo para darle profundidad a cada natural. Mató al segundo viaje para cosechar una oreja mientras el de Caparica fue aplaudido en el arrastre.

Sergio Flores una tarde más ha dado ese golpe contundente y de autoridad tras su faena a “Chaparro”, de Caparica, al que toreó desde el capote con suavidad, luciendo y gustándose. Ya con la muleta y ante un toro que se arrancaba desde largo, Flores ha toreado por nota, con una sobrada convicción del momento que vive. El toro tuvo clase en sus embestidas, nobleza, y ese franco recorrido que acompañó el buen toreo del tlaxcalteca que ligó el sentimiento por la senda derechista, con empaque y verdad. Alta nota de Flores en una labor donde también toreó en redondo con esos detalles al final de cada serie que lo hacen diferente. La estocada ha sido certera, y al final se cortaron dos orejas.

“Negro”, de 430 kilos, número 211, fue el que cerró plaza, un gran ejemplar al que terminó por indultar Arturo Saldívar que desde que se abrió de capa toreó con gran parsimonia. El de Caparica mostró su bravura, clase y calidad desde el comienzo de faena, además de su fijeza y transmisión, series templadas, con muletazos largos, y profundos, y sobre todo con gran lucimiento por ambos lados, por el derecho postergó muletazos que han quedado para el recuerdo, y lo mismo por el izquierdo, y con naturales aquilatados con el reposo absoluto. La calidad del toro fue a más al igual que la faena, por lo que se concedió el indulto. Compartiendo la vuelta al ruedo con los ganaderos Manuel Muñoz Cano Jr. , Julio Muñoz Cano Jr., y Roberto Viezcas.

Ficha: Festival de Toros Privado en la plaza de toros “La Florecita”. Tarde agradable en la que se lidiaron cuatro toros de Caparica, segundo y tercero aplaudidos en el arrastre y el cuarto, indultado. José María Mendoza, palmas; Fernando Ochoa, oreja, Sergio Flores, dos orejas, y Arturo Saldívar, orejas y rabo simbólicos.

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