Un encierro hecho para torear tuvieron Emilio Ricaud, Jaime Navarrete y Mario Rangel al que tardíamente le encontraron la muerte
Antiguamente se decía que traían las orejas prendidas con alfileres aquellos ejemplares que embisten a todo: capotes, muletas y bultos que se mueven; algo similar han tenido los tres hidrocálidos al concluir los nueve festejos en busca de triunfadores del Serial 2024 de la Plaza México.
El más reunido ha sido Jaime ante el bravo segundo: Dándose gusto desde el recibo por Verónicas y Rebolera; esa franca embestida también fue aprovechada en Cuarteos por Fernando García hijo y Jorge Luna al agradecer los aplausos desde el tercio. Y pese a quedarse en la suerte logró largos muletazos, recreándose por ambos lados.
La bravura alcanzó hasta cerrar por Manoletinas ante tranquillo perdido a la hora de matar. Aviso y palmas en el arrastre. Pero al prevalecer el viento durante el festejo, se vino abajo Navarrete: El quinto de Palma del Río se empleaba, pero al quedarse en la suerte ha sufrido un rayón en el glúteo. Estocada en buen sitio. Palmas.
Plenamente desconfiado ha salido Ricaud, como que el fuerte viento le nublara. Hasta las 13:22 hs se escuchó un murmullo. Esa vitamina le ha llevado a trazar medios muletazos y lo más rescatable: Como si fuera una lección torera, Hacerlo por alto cuando citaba para ejercerlo en redondo. Ah Reflejos.
Tranquillo perdido desde el primer viaje. A los costillares. Tres intentos más. Aviso. Machacón estuvo frente al que hizo cuarto que dejara crudo la pica. El recurso de doblarse por la cara le vino después. Y él carente con la espada. Silencio tras un Aviso.
Un compacto aparecío en tercer lugar. Pero ya se dice “Al toro hay que valorarlo por lo que trae dentro; no por el tamaño”. La primera respuesta la dio el banderillero Marco Antonio Montoya al ser enfrontilado por varios metros tras un par. Eso ayudó a Rangel en las protestas: Faena sobre mano izquierda. Manoletinas y serie de pinchazos. Palmas.
El cierraplaza se fue inédito. Tras probarlo con la capa. Amagó realizar un quite que no hubo como tampoco faena. Desarmes. Aviso por tiempo de trasteo y uno más al sumar pinchazos y descabellos.
…Y los de Palma de Río se fueron con las orejas prendidas con alfileres.
De eso dio constancia el juez Enrique Braun y los más de Un mil aficionados. A esperar a Bruno Aloi.