Intromisión en Querétaro
Sería equívoco pensar que Querétaro, no tiene más historia que la de una plaza de toros, la que hoy los enemigos de la Propiedad Privada (Comunistas Particulares), quieren acabar con el derecho de poseer un bien como es el caso de la Santa María de Querétaro, a la que los taurinos envueltos en su jorongo por bandera, están más indignados que otra cosa, porque sea una empresa extranjera la que le vaya a dar trabajo permanente a cientos, si no es que a miles de queretanos, la que desarrolle en forma macro, el comercio, la que robustezca la economía privada y gubernamental, vía impuestos.
En fin, quienes son Ajonjolí de todos los moles, han de estar muy nostálgicos recordando si es que lo sabían, que una de las mejores faenas que ahí se vieron fue la realizada por un espontaneo llamado Raúl Ibelles, al que solo le faltó matar al toro en aquella fecha navideña donde la muleta la metió camufleajeada como envoltura de regalo de navidad.

Cosas de pintores
La Fiesta de Toros no es absoluta forma parte de un conglomerado llamado país, ciudad o pueblo, de ahí que la novela de las Siete décadas y media, que no es lo mismo que la Señora de las cuatro décadas, está alejada del autoritarismo, de la imposición, del almidón, de la coba y de los refritos y se desliza entre; charlas, revelaciones y leyendas, el autor busco pa’ su animación entre los pintores de este país quien tuviera obras acordes con algunos de los ángulos recios pero existentes de la Fiesta que ahí se narran y que pudieran encajar con las letras del escribano, que no tiene nada de suavecitas o será que la verdad ¿tiene que ser blandita?, verdades como la cornada con la que el toro ‘Bermejo’ de Xajay le saco las vísceras a Antonio Lomelín y de la que no se encontró ningún obra pictórica, tampoco hay cuadros basados en la pierna muerta de Manolo Martínez por el toro ‘Borrachón’ de San Mateo.

Se requería una obra referencial, donde a plenitud luciera la espada que es suerte suprema del toreo con los gavilanes del estoque, sepultados entre el sangrar viscoso con tintes de pitaya y los coágulos del toro batidos sobre su robusto morrillo, ¡nada, no apareció!, tampoco una obra del momento preciso en el que un puntillero le estuviese introduciendo la daga mortal al animal, la causa de esto ha de ser, los estilos muy propios de los pintores, el no pintar el drama innegable de la Fiesta.

Y solo pensar que bajo ese criterio nunca hubiesen existido maestros del realismo de la talla de Diego Rivera, de José Clemente Orozco, de David Alfaro Siqueiros, con sus murales monumentales donde plasmaron la muerte crudamente durante los movimientos de Independencia y Revolución y ya del dolor plasmado en las pinturas de Frida mejor ni hablamos.

Vanguardista y Revolucionario
Por otro lado con una fuerza, expresión y colorido único, teníamos la corriente cosmopolita, urbana, citadina, plasmada por los vanguardistas por lo que se decidió por uno de ellos, básicamente porque la Fiesta requiere de expresión fresca, nueva, sobre todo en el tendido donde la gente se identifica con lo que sucede a su alrededor; Que si hablamos de aficionados alegres pues que aparezcan plasmados ahí; que si estamos refiriendo a la elegante gente de barreras pues que venga el último grito de la moda; la Fiesta es mucho de simbolismos los cronistas imitadores de los españoles se regodean con los dichos ultramarinos como ese de Ya canto la gallina, bueno pues mostrémosles a la gallina y si vienen en forma de arte pues será de novedoso atractivo, ¿y qué tal ese aficionado que puede ser cualquiera saliendo bien happy de ‘El Ruedo’?, ¿Qué no forma parte, desde siempre del entorno? Y nunca se han ocupado de echarle un lazo.

Con la enorme sorpresa que esos maestros están pintando lo taurino a su estilo con el que algunos han expuesto en Europa y abierto incluso Bellas Artes, el toreo desde siempre, ha sido atrevido en el romper formas en su ejecución, que lo diga Belmonte, “El Cordobés”, Paco Ojeda, Roca Rey, Hermoso de Mendoza y en cambas, papel o cerámica ¿Qué tal la que han armado los genios, Goya, Picasso, Dalí? Y sin ir muy lejos Botero y Sánchez de Icaza.

Humor Negro
Perú tiene el torero de más jalón de la actualidad que lo es Roca Rey, Colombia el ícono de la pintura Diego Ramos, Venezuela tiene al maestro del periodismo Víctor López “El Vito”, República Dominicana adopto al flamencazo “Cigala”, México tiene la plaza más grande del mundo, ganaderías extraordinarias, empresarios poderosísimos, una biblioteca y museo de calidad mundial, directivos de primera en el renglón ganadero, médicos con capítulos internacionales, más como que algo nos está faltando, ¿Qué será?

Que los matadores no tienen visa de figuras internacionales, que los novilleros made in México no tienen en el pulgar huella que les vaya a alcanzar pa’ el pasaporte a la alternativa, tan es así que el visionario y rescatista de la torería de la Plaza México, su director Mario Zulaica se decantó por sacar la lupa y ver que vale la pena entre lo que hay bajo el rubro de; Buscando un Torero, esto pensando en lo inmediato, y por otro lado en la Asociación de Matadores, están promoviendo un festival de setentones donde irán en el cartel los directivos con algún cachirul en edad.

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Así que sigamos admirando lo tradicional, más vamos abriéndonos que esto es como en el toreo, mientras más toros nos quepan en la cabeza más visión tendremos, lo cual no quiere decir que nos tenga que gustar todo como esos conejitos dorados de la granja de Turín, que tienen más que ver con los toros artistas que solicitan los divos, más pa’ fajar, que no pa’ fajarse, porque pa’ ello se necesitan de dos machos enteros dispuestos a todo y que puedan con todo, pues lo que está en juego, es la gloria.