Ficha del festejo:
Daniel Martín: Pitos y silencio.
Salvador López: Silencio y pitos.
Alejandro Corona: Silencio y silencio.
Javier Jiménez: Oreja y palmas.
____________
Fue un extraordinario proceso de cómo hacerse del toro, cuidarlo, de acuerdo a sus condiciones y a la postre, imponer la dósis necesaria de empaque, para que al final se le concediera el arrastre lento al de Los Encinos.
Y es que ese cuarto de la tarde terminó a bueno, después de ser descubiertas con el capote sus condiciones; vamos, el quite por Chicuelinas antiguas terminó en Lances por delante para conservar la escasa fuerza que apuntaba, ante el resbaladizo piso por la lluvia.
Paulatinamente se imponiendo la claridad de pensamiento y valor sereno para iniciar la faena en muletazos de uno a uno más allá de la media altura sobre mano derecha. Y como el canon hispano es mostrar los dos lados de embestida, por izquierda fue mejor.
El tratamiento surtió efecto, “Zapito” se recuperó embistiendo de dulce recobrando son. Y así las tandas se sucedieron rítmicas, además como aporte, aislados hubo un Molinete y uno de Pecho que marcaron el largo recorrido.
Y como las faenas bellas deben ser bien rublicadas, la entera a Volapié, de tan lenta hasta pareció suspendida en el aire. Premio a Jiménez, la oreja y a Los Encinos, arrastre lento. Algo similar hubiera sucedido con el abreplaza, pero este si, bueno de principio a fin cayó en otras manos.
Se llamó “Jarocho” y al saltar, de salida al callejón, produjo contusiones en cabeza y rodillas al subalterno Jorge Mirafuentes, pero en cuanto entró a la muleta del también hispano, Daniel Martín, planeaba a placer y hasta donde le marcaban salida.
Pero aguantar la despaciosa embestida, no cualquiera. Y así vinieron los desarmes. Una estocada baja y el clamor que trasmitió el burel se quedó en ovación para Daniel, que en su segundo, enrazado y cumplidor escuchó un aviso.
En cambio, Jiménez, con el octavo, supo enfrentar la otra cara del toro, el peligro, y de pinchazo y entera se despidió entre palmas, remarcando el buen ambiente y su entendimiento con Los Encinos.
Salvador López tuvo un buen lote, lamentablemente no supo decifrarlo y de paso, encaró al publico en el segundo, ante sus deficiencias. Aviso en uno y pitos en el otro.
Alejandro Corona mostró actitud, en ambos tuvo pasajes agradables, sobre todo con la muleta. Palmas y aviso.
Trae escuela Javier Jiménez.