Ha causado gran consternación en el medio taurino la sensible pérdida de don Rafael Báez, acaecido alrededor de las 2 de la madrugada de este viernes, a la edad de 95 años en su domicilio de Cuernavaca Morelos luego de estar sumamente delicado de salud desde diciembre del año en pasado a consecuencia de deficiencia respiratoria.

Rafael Báez Patiño nació el 24 de octubre de 1926 en Guarenas, estado de Miranda, situado a 40 kilómetros de Caracas, Venezuela. “Don Rafa” desde muy joven dedicó su vida al mundo de los toros, primero como novillero y más tarde como matador de toros.

Gran parte de su vida desembocó a la de apoderado de Eloy Cavazos, con el que permaneció desde sus inicios por casi medio siglo con verdadera entrega y fidelidad por ambas partes.

Rafael Báez desde novillero viajó a varios países sudamericanos entre ellos Colombia, Ecuador y luego México por invitación de Luis Procuna, quien le consiguió su primera novillada en Aguascalientes. Tomó la alternativa el 22 de mayo de 1962 en Mérida, Yucatán de manos de su amigo el matador de toros colombiano Pepe Cáceres, teniendo como padrino a Héctor Obregón y como testigo Manolo Gómez, con toros de Palomeque.

Antes de apoderar a Eloy Cavazos, llevó los poderes de su entrañable amigo el diestro colombiano Pepe Cáceres.

Don Rafael Báez se llevó a vivir a Eloy Cavazos desde los 14 años a la Ciudad de México, al lado de su primera esposa “Betty”, donde lo crío prácticamente, convencido de hacerlo figura del toreo por sus asombrosas capacidades entre ellas su desmedida afición y valor.

Así don Rafa lo llevo de la mano desde novillero hasta convertirlo en matador de toros y luego figura del toreo por 46 años hasta el retiro de Eloy Cavazos el 16 de noviembre de 2008 en la Monumental de Monterrey.

Apodero también al novillero Alfredo Padilla “Minuto” quien tenía muchas cualidades, pero este tuvo un triste desenlace por una enfermedad renal y en sus últimos años al matador Alejandro Amaya.

De los apoderados más eficaces de todos los tiempos, por su profesionalismo, hombre astuto,trabajador incansable y gran afición, marco una época importante, que será ejemplo para las nuevas generaciones de apoderados.

En el 2020 presentó su libro de memorias “Mi verdad en los toros” que fue acogido con gran cariño por amigos y aficionados en el restaurante Arroyo donde se le vio en público por última vez.

Nuestras más sinceras condolencias a su viuda, la señora Martha Góngora de Báez y a sus hijos Rafael, Anya y Mayra.