Cuando hay mente abierta cabrán muchos toros. De ellos han de salir una infinita gama de modelos aunque debe haber predominio: español o sangre mexicana. Y ahí radican la capacidad, el gusto y quien tiene hambre de trascender. De lograrlo se llegaría al Placer; eso es lo mostrado por Juan y aunque han habido muchos Ortegas él busca el propio y lo logrando con aldabazo en su país y el campanario de esta tarde en Aguascalientes.
Sujetar y Torear, la fórmula. Para el huidizo mano baja buscando humillada, logrado, llevarlo a los medios y extender los Vuelos en forma tan sincrónica que Diana musical da respuesta rompiendo el silencio dejado por el abreplaza. Después a tomar tablas a fin de impedir escapadas. Flexión alterna a compás abierto marca el Mando en vereda que el Placer asoma: Cambio de mano por delante, Trincherazo magistral y soberbio Derechazo a dos tiempos. Doblones toreros anuncian la monta de estoque y plenamente concentrado surge la fulminante descarga. Oreja.

El descartado quinto es compensado con un toro de regalo y nuevamente a remar contra corriente ante la falta de actitud dejada por el alternante.

Se llama “Vivaracho” de Mimiahuapan y en cuatro bellas Verónicas ya tiene metido al público. Sedosas Chicuelinas al paso ponen en suerte la escena de pica. Vara asentada. Toreo en línea y cuando cala el Trincherazo hacia los adentros estallan las notas del majestuoso pasodoble ! Silverio!


Nuevamente Juan se place por derecha dibujando redondeos. La afición revienta garganta al impregnarse de La Pelea de Gallos. Vienen medias pinceladas por delante. Se silencia la plaza en respeto. La espada centra miradas y al ocultarse despeñada triunfal reacción. Oreja, la que marca el camino a hombros.

Ilusión renovable… Atrás quedan economía del esfuerzo del primer espada y la cuesta arriba del tercero.

Juan ha hecho sonar nuevo el apellido de abolengo. Le pertenece por el placer de torear.