Le otorgan dos orejas, y se ordena arrastre lento. Ramón Jiménez ha caído de pie por su dimensión al torear, oreja. La hombrada de Juan Pedro Herrera, herido, valió el apéndice. Y Joel Delgado “Panita”, muy puesto, hasta que empuñara la espada. El ganadero Adolfo Lugo Verduzco dio la vuelta al ruedo en final triunfante.

En el nombre llevaba impreso las cualidades… “Y se mueve por instinto como un: ¡Gorrión!” señala el éxito de Joan Manuel Serrat. Y ese quinto de regalo lo ofrecía al conjugar Ibelles el quite por Chicuelinas ligadas a Tafayeras y en la suelta de punta apuntaba humillado. Todo en torno al cuerpo el torero.

Estirado cuan largo es prolongaba el trazo en redondo, por derecha de inicio, luego al Natural, con la misma respuesta, sucediéndose las tandas y la extra, de tinte artístico, desdeñando Trincherillas y pases de La Firma. Los sombreros caen a la arena y surgen los gritos de Torero-Torero.

La inspiración va pa’rriba como el vuelo del Gorrión, totalmente ensamblados. Por ahí sufre un arrollón, pero los tres cuartos de acero en buen sitio surten efecto para recibir las orejas, aplaudir el arrastre lento e invitar al ganadero a compartir el triunfo en una vuelta triunfal devolviendo prendas.

Ese segundo de la tarde fue como el acicate, bello toreo por bajo aprovechando el recorrido, que no encontró eco en el estoque.

Todo el verdor asomado con la capa y cortas banderillas a la tragala, las ha borrado Ramón Jiménez al tomar la muleta. Alto, de largos brazos y compás abierto, explota la dimensión al cincelar sus círculos; gusta y se regusta, acapetillándose por momentos como lo hiciera el recordado Manuel; al fin tapatíos ambos.

Y afloran los circulares cuando de pronto desde las alturas se escucha Guadalajara. El chaval, emocionado se entrega por completo sin soltar el hilo de la madeja, tras el brindis a Chucho Arroyo. Faena de temple natural, sufre un puntazo al cruzarse. Estocada ligeramente trasera, cobra efecto en los capotes de la cuadrilla. Oreja del buen cuarto.

Los errores e Juan Pedro Herrera, ponerse en el viaje con la capa y también las banderillas, los cambia, disminuido, por la quietud al ocultar la cornada en el muslo izquierdo tras la gruesa venda. Faena despaciosa ante la suave embestida y, en pleno drama hace propias las medias embestidas.

La firmeza, el valor y el aguante al tabaco se van agigantando paulatinamente al calar en el ánimo del público que va coreando la hombrada. Cierre por Manoletinas y tras el pinchazo viene sensacional cobro al despeñar sin puntilla a ese tercero, del que recibe la oreja. Toma y Daca.

Abrió festejo Joel Delgado “Panita”, leonés puesto, tanto con el capote como segundo tercio. Desenvoltura natural al abrirse de capa y variado con las banderillas. Destaca su par de “La Luz”: Quiebro de rodillas para cerrar, incorporado, con el de Calafia, en honor a su admirado ídolo, Rodolfo Rodríguez.

Por el estilo, asoma al tomar la pañosa: Cite, colocación y el correr la mano. Luce por ambos lados dejando buena sensación, pero esta vez lo traiciona la espada, tras cerrar por Joselillinas. La descarga con el descabello es efectiva, después de dos viajes. Al tercio.

Primer premio de dos orejas a toro de regalo inaugura Sebastián.

FICHA.-Plaza Arroyo, sexta novillada. Ligeros claros se asoman en el tendido.
Ganadería.-Huichapan: Funcional encierro, que pudo haber sido desorejado por completo juego en los cinco. Pesos: 378, 408, 384, 398 y 382 kilogramos de romana. Arrastre lento al quinto.
Joel Delgado “Panita”.-Al tercio.
Sebastián Ibelles.-Vuelta y Dos orejas.
Juan Pedro Herrera.-Oreja; herido pasa a la enfermería.
Y Ramón Jiménez.-Oreja.
Al tercio Fernando García durante el segundo. Puyazo de César Morales corrige el arrastre del tren trasero a la suelta del segundo. Y Juan Ramón Saldaña brega toreando, a una mano y oportunos toques.
Juez de plaza Gilberto Ruiz Torres.-Choca con las apreciaciones del público; ejemplo, el arrastre lento.

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