Sus dos faenas llegaron con facilidad a los tendidos y su eficacia con el rejón de muerte le puso las cuatro orejas de sus oponentes en la mano. Sergio Galán cortó una oreja del primero y falló cuando tenía otra del cuarto. Leonardo Hernández tuvo una gran actuación ante el sexto, pero perdió los trofeos por la mala ejecución de la suerte suprema.