Novillada tinta en división de opiniones termina con el corte de dos orejas por parte de Cesar Ruiz, una para Bruno Aloi y una vuelta al ruedo del español Mario Vilau.
Poco mas de media entrada en la centenaria plaza de toros San Marcos, para lidiar una novillada de Julian Hamdam buena en presencia y de desigual comportamiento en la que pudimos presenciar tres formas diferentes de entender el toreo.
En su lote, Aloi volvió a dejar constancia de que su toreo cuenta con clase y elegancia y además de que ya su rodaje tiene un importante peso específico. De pistache y oro Aloi ha dibujado dos importantes faenas a ejemplares que han sido nobles, pero con poca fuerza -rasgo que se manifestó en los 6 ejemplares lidiados hoy- y que ha sabido entender con mucha cabeza.
A manejado con largueza la capa durante el primer tercio y con muleta por momentos ha expuesto con mucho valor.
En su primer enemigo ha saludado al tercio al no acertar con la espada, y en su segundo enemigo repitió dosis de toreo y ha cortado una merecida oreja con fuerte petición de la segunda.
El de la tierra, César Ruiz siempre con una sonrisa en el rostro y con una tauromaquia de mucha exposición y mas de corte tremendista, ha tenido dos actuaciones conectando mucho con el público, con buen quehacer en el primer tercio, variado y vistoso, y, aunque aún con detalles que afinar en su técnica toreril ha agradado y caído de pie; Ruiz puso banderillas y alegró las faenas y a los asistentes. Defectuosa estocada calando al novillo que pasó desapercibida para quien ocupa el palco de la autoridad para cortar una oreja. Con su segundo ejemplar ha hecho un emotivo brindis en el centro del ruedo conminando al respeto a la libertad de la tauromaquia, tuvo mas ánimo que una faena bien estructurada, y en el palco de la autoridad se desbordó la emoción solicitando la famosa ‘pelea de gallos’ para deleitar a los asistentes. Pinchazo, estocada sin efectos y descabello y aun así se le otorgó el corte de un apéndice para ganarse entre fuerte división de opiniones la salida a hombros.
El catalán Vilau ha cargado con lo menos potable del encierro y aún así tuvo momentos muy valiosos y destacados con su lote, llevándose incluso una cornada en el primero de su lote que al no interesar vasos sanguíneos le ha permitido salir a lidiar a su segundo enemigo donde ha ganado una valiosa vuelta al ruedo.