Ya triunfó al cortar una oreja, que el propio ha reconocido, pese a que el juez le otorgara dos, durante la décima corrida. En aquella ocasión también alternó con el joven galo.
Esa corrida le hizo volver a la senda, pues en sus recientes comparecencias había pasado desapercibido.
Más de uno se preguntaba por el torero que ligara diez corridas cortando oreja en la México, donde se exhibe también su nombre en la lista de cortadores de rabo.
Para fortuna de Ortega, nuevamente está siendo apoderado por su hermano Othón, quien logró meterlo al elenco de Temporada Grande.
Y a la primera del reencuentro carnal, vino el triunfo, frente a una gran alternante como Sebastián; es decir que se le puso en un cartel importante, al rematarlo con los toros de los herederos de Teófilo Gómez.
Se le dio importancia y ahora se le ha revalidado, de ahí el brillo de esta oportunidad, porque se le trata como figura en una fecha tan especial como el aniversario 64 de la plaza México.
Castella está en un momento cumbre, con sello y personalidad en su toreo, reconocido a nivel mundial. Es la quietud en inverosimil aguante para pasarse los toros en derredor de su cuerpo.
Es un disfrute placentero, tomado aquí mismo en la México con un toro de Xajay.
De ahí el que se le vea en los carteles más importantes de España, Sudamérica, México y naturalmente los de su país.
Tuvieron que pasar muchos años para que después del desaparecido Nimeño II apareciera un torero de jerarquia francesa.
Y si a ello agregamos el prestigio de Los Encinos, desde aquél “Romerito” indultado en la México por “Zotoluco”, pues el cartel queda rematado.