El rejoneador mexicano Emiliano Gamero, volvió este sábado a la plaza de Montijo, donde el público lo esperaba con ansiedad y así se lo demostró desde el recibimiento, primero a su llegada a la plaza y luego al hacer el paseíllo, su imán taquillero nuevamente se hizo presente.

La noche ha sido una de las más complicadas de la temporada, y una donde el miedo estuvo presente. La noche de este sábado enfrentó un toro de la ganadería de San Marcos, de gran catadura que pesó 590 kilos, y a pesar del tonelaje se movía con la agilidad de un gato, el toro fue un factor importante para que la tauromaquia gamerista, elevara el termómetro de las emociones, en una plaza que lo fue a ver y a la que le volvió a demostrar su entrega y verdad. Esta noche usó a “Ferrera”, “Jaguar”, y a “Primoroso”.

En resumen, la noche de este sábado fue muy dura, al concluir su labor, Emiliano expresó “se me apareció el diablo”.

El esfuerzo realizado valió la pena ya que la vuelta al ruedo y la ovación que escuchó durante, casi, 20 minutos fue un premio con un gran valor personal que no olvidará y más cuando este día subió un peldaño más es su camino a
la meta planteada.

Ficha.
Plaza de Montijo, en noche templada se lidiaron toros de distintas ganaderías que estuvieron en concurso, ante un poco más de media plaza:
Sonia Matias, vuelta.
Gilberto Filipe, vuelta.
Filipe Goncalves, vuelta.
Joao Moura Caetano, vuelta.
Manuel Telles Bastos, vuelta.
Emiliano Gamero, ovación y vuelta.