Ellos fueron gentilmente invitados a realizar labores de campo en la ganadería de Felipe González, ubicada en el rancho Tenopala del municipio tlaxcalteca de Mena, por sus propietarios doña Evelia Chapa viuda de González y sus hijos Carlos y Patricia, en atención a la novillada que se embarcó en esa misma fecha para lidiar en la plaza México por Salvador López que repite por tercera ocasión y los debutantes Antonio Romero, que tomará la alternativa el próximo 16 de septiembre en la feria de Zacatecas y Rodrigo Cuevas.
Después de los acostumbrados saludos y estando presentes en el salón de trofeos de la hacienda, llegaron a la memoria los recuerdos de aquel mítico pasaje de la torería mexicana, protagonizada en el referido coso monumental el 7 de noviembre de 1982, por los “nuevos tres mosqueteros” de la época, los entonces novilleros Manolo Mejía, Valente Arellano (q.e.p.d) y el propio Ernesto Belmont, quienes dieron la bienvenida a la catedral de nuestro toreo a los astados de la mencionada casa ganadera, demostrando esa auténtica ambición que en la actualidad ya no se ve en los que quieren ser toreros, del que destacó “Pelotero”, al que la tercia le pegó siete quites antes de que Valente le cortara el rabo, lo cual fue literal toda vez que como anécdota se recuerda que por error u omisión, sólo se le entregó éste sin auriculares.
Más el hecho que marcó para la leyenda el festejo, fue el tercio de banderillas que la tercia vivió con Sevillano, al cual después de que Belmont invitara a hacer lo propio a Mejía y Arellano, todos con gran éxito, al dar la vuelta en plena faena, Belmont tuvo que torearlo con un sombrero de charro que cayó del tendido, propiedad de Jesús El Teniente Ferrer, en virtud de que el astado se les había ido encima con extrema bravura.
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Posterior a ello, doña Evelia Chapa, decidió que se iniciara la tienta de cuatro vaquillas, la cual quedó a cargo del propio diestro capitalino y el aficionado práctico; así, tanto el matador Belmont como Luis Miguel Martínez, quien cabe destacar aprovechó para prepararse con miras al Primer Festival de Aficionados Prácticos de Orizaba, del próximo 25 de septiembre, en el que está encartelado, enfrentaron a las referidas hembras, saliendo tres que aprobaron con nota excepcional y una que se dejó, que en conjunto fueron un verdadero banquete, al ostentar encastada bravura y noble embestir, lleno de clase, calidad, recorrido y emotividad, propio del encaste Saltillo, que corre por sus venas.
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Grandes detalles se vivieron a lo largo de la tienta, que arrancaron los ¡Olés¡ del palco de ganaderos que se encontraba nutrido de amigos en invitados, destacando el arte de capa y varios pasajes en tandas por la diestra de Belmont, así como una larga y templada tanda de naturales de Luis Miguel Martínez, que dejó impregnado el aire de torería, reposo y afición.
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Fotos:Jessika Kuhn.