Ante poco menos de media entrada hoy día del trabajo en Aguascalientes, El Zapata con todos sus más de 24 años de alternativa y El Galo con apenas poco más de dos años de alternativa, han tocado pelo en la décima corrida de feria de Aguascalientes. Le cuento lo que se vivió hoy.
Se lidiaron 8 toros de la ganadería hidrocálida de San Isidro, con muchos kilos, mucha cara y en general edad y trapío, creo que incluso hasta pasadillos de peso ya que un par de ellos a dos o tres kilos -no menos, como a 5- de llegar a los 600. Destacaron 2 de ellos a los cuales sus lidiadores les cortaron orejas y en general el comportamiento del encierro fue aceptable.
De cuadrillas salieron Uriel Moreno ‘El Zapata’ de ciruela y oro, David Fandila ‘El Fandi’ de carmesí y oro, Antonio García ‘El Chihuahua’ de azul rey y oro (con bordado azteca) y André Lagravere ‘El Galo’ de vino y oro.
Todos toreros de tres tercios se organizaron para que en los primeros 4 toros fueran alternando turnos para ‘invitarse’ a compartir las oportunidades de lucir con las banderillas, de manera que durante la primera mitad del festejo los asistentes pudieron disfrutar de los diversos estilos de ejecutar la suerte. De repente con aciertos, de repente con alguno que otro fallo, sin embargo los 4 lograron complacer a quienes se dieron cita en la monumental.
Para Uriel la suerte del sorteo se reflejó buenísima en su segundo ejemplar, un toro muy en el estilo de San Isidro, cárdeno y con buena presencia. El toro tuvo mucha clase y El Zapata ha podido estructurar una lidia de varias tandas cortas, pero de categoría. No le voy a mentir y a endulzarle la crónica diciendo que Uriel fue magnifico, ya que su estilo es muy particular. Aun así, el toro le permitió verse con sitio y con largos muletazos encontrar olés fuertes y emotivos. Me habría gustado ver al toro de San Isidro en manos de un torero más clásico. Aún así El Zapata le ha cortado dos orejas que le colocan en un importante lugar en el escalafón de la feria.
El Fandi también pudo encontrarse con un buen toro de San Isidro, al menos, con cualidades de repetir y buscar la muleta y el engaño. Para mi gusto el segundo de su lote le habría permitido llegar a altos vuelos, sin embargo, el español se la pasó cortando las tandas muy al estilo ibérico y le faltó comprender que el toro mexicano demanda tandas de varios pases y muletazos de largo recorrido, le faltó esquina pues para que me entienda, y le sobraron malos consejos porque se la pasó pidiendo ‘la de aquí’ tratando de agradar al graderío. Ni hablar, cosas del destino y del mal conocimiento del entorno.
Con su primero tuvo algunos buenos momentos, más no toreó erguido, ‘se hacía para atrás’, discúlpeme la expresión, pero se echaba para atrás como ‘sacando las nalgas’ y bueno eso no tiene nada de estético, por el contrario, parecería como que le ‘sacaba’ al pase del toro. Ni modo… nos siguen vendiendo espejitos.
EL turno de ‘El Chihuahua’ se llegó y me quedé con las ganas de verle a plenitud. Su primer toro metía muy bien la cabeza en el capote más llegado el momento el gozo se fue al pozo ya que justo a punto de brindarle a todo el respetable se despitorró de fea manera y Antonio no quiso ni darle un solo muletazo, se tiró a matar y e dejó una entera en buen lugar que no tuvo efectos, recurriendo al descabello. Lo rescatable, el valor, la agilidad, siempre puesto en el terreno que debe estar y sin temblarle ‘las piernitas’ como al extranjero. Los del norte son bragados y valientes pues.
En su segundo, los kilos le sobraron a un toro con mucho genio y que se vino abajo pronto. Ni hablar, hay días malos.
El de menos antigüedad torera, ‘El Galo’ tuvo en su primer enemigo un toro áspero, sin embargo, muy enrazado y que le ha dejado torear con mucha categoría, erguido y con clase. A Lagravere lo estuvo dirigiendo Manolo Mejía. Creo que ambos toreros son de estilos muy diferentes. Mejía tenía un estilo de torear muy diferente al de Lagravere y viceversa. No me parece que sea una buena mancuerna ya que el Yucateco necesita alguien a mi parecer, que entienda el toreo de otra manera. Pudo matar eficientemente y se llevó una oreja a casa. Con el segundo del lote tuvo pocas opciones.
Llegamos afortunadamente al término del segundo capítulo de la temporada y a un periodo de 3 días sin toro, mismos que nos permitirán descansar, retomar las actividades y hacer un recuento de todo lo acontecido hasta el momento.