‘Es Precio Que Hay Que Pagar Por Torear Y Defender Un Sitio’: Jose Mauricio

‘Este es el costo que hay que pagar por torear, por sentir lo indescriptible que es que un toro te pase a centímetros del cuerpo’, señala el diestro capitalino José Mauricio, quien convalece en el calor de su hogar, luego de la fractura de varias costillas que sufrió el pasado fin de semana, mientras toreaba en la Monumental Rodolfo Rodríguez El Pana de Apizaco, Tlaxcala.

‘Al momento de ejecutar la suerte suprema el toro me prendió de fea manera, hizo por mí y sobrevino el percance. En total me fracturó siete costillas, lo que me lleva a estar inactivo alrededor de seis semanas. Por el momento no tengo una fecha definida para reaparecer, porque primero deben soldar las huesos’, comenta el diestro apoderado por Alejandro Peláez.

En la geografía de su cuerpo tiene las huellas de catorce fracturas, además de cinco cornadas. Aunque nunca se desea un percance, asegura el torero que prefiere una cornada a una fractura: ‘Claro, siempre y cuando no se trate de una cornada grave. En una cornada, digamos normal, tardas en sanar dos semanas. Alguna ocasión pude torear tres días después de sufrir una cornada, la carne sana más rápido, pero una fractura tarda mucho más tiempo en sanar’.

Reconoce el torero capitalino que más allá de todo, el simple hecho de burlar las acometidas de una res brava con un trapo es un gran ejercicio del espíritu por lo que cuenta los días para ponerse nuevamente delante del ‘de negro’.

‘La energía que surge en el ruedo entre el toro y el torero es única. Es algo indescriptible. En ese momento no te cambias por nada. Es una gran explosión de adrenalina. Aunque puedes pasarla mal cuando sobreviene un percance son más fuertes las sensaciones que se experimentan cuando puedes correr la mano con temple y largura’, confiesa.

‘Todo vale la pena cuando sales al ruedo a jugarte la vida ante un animal fiero que sale a matar y a pelear por su vida’, comenta José Mauricio, quien aún convaleciente subraya que ‘a pesar de estar ahora mismo en el hule, todo vale la pena cuando te enfundas en un vestido de luces. Es lo que me hace sentir vivo’.

Debido a este percance, el diestro capitalino perderá varias fechas entre las que se cuentan las que tenía amarradas para las plazas de Villa de Álvarez, Colima, SAn Juan del Río, Morelia y El Nuevo Progreso de Guadalajara.

El capitano goza de un gran cartel entre los aficionados de nuestro país.

huellas de catorce fracturas, además de cinco cornadas. Aunque nunca se desea un percance, asegura el torero que prefiere una cornada a una fractura: ‘Claro, siempre y cuando no se trate de una cornada grave. En una cornada, digamos normal, tardas en sanar dos semanas. Alguna ocasión pude torear tres días después de sufrir una cornada, la carne sana más rápido, pero una fractura tarda mucho más tiempo en sanar’.

Reconoce el torero capitalino que más allá de todo, el simple hecho de burlar las acometidas de una res brava con un trapo es un gran ejercicio del espíritu por lo que cuenta los días para ponerse nuevamente delante del ‘de negro’.

‘La energía que surge en el ruedo entre el toro y el torero es única. Es algo indescriptible. En ese momento no te cambias por nada. Es una gran explosión de adrenalina. Aunque puedes pasarla mal cuando sobreviene un percance son más fuertes las sensaciones que se experimentan cuando puedes correr la mano con temple y largura’, confiesa.

‘Todo vale la pena cuando sales al ruedo a jugarte la vida ante un animal fiero que sale a matar y a pelear por su vida’, comenta José Mauricio, quien aún convaleciente subraya que ‘a pesar de estar ahora mismo en el hule, todo vale la pena cuando te enfundas en un vestido de luces. Es lo que me hace sentir vivo’.

Debido a este percance, el diestro capitalino perderá varias fechas entre las que se cuentan las que tenía amarradas para las plazas de Villa de Álvarez, Colima, SAn Juan del Río, Morelia y El Nuevo Progreso de Guadalajara.

El capitano goza de un gran cartel entre los aficionados de nuestro país.