Joaquín Gallo en Portugal

Mayor tradición que el digno traje de charro es el que porta un Charro a Caballo. No los que por moda o esnobismo,  sin sentir la mexicanidad devalúan el símbolo haciéndole al Jorge Negrete,  ¡No!, realce es que Joaquín Gallo se vista de charro como siempre, porque eso es lo que  él es ¡Un charro del campo! Que despierta con el roció del amanecer  y duerme entre  el arrullo de  las luciérnagas que le coquetean a la luna.

Esto de cara a su  aventura por el país lusitano  será  sinónimo de autenticidad, como quedara comprobado en el mes de agosto en que estará cristalizando el hecho, pues su apoderado Don José Goncalves que es especialista en la administración y promoción de rejoneadores con talla intercontinental tiene ya lacrados los contratos pertinentes,  que avalarán la que marcará la sede del simbolismo del Águila y el Nopal rumbo a los 500 Años de tener Fiesta de Caballos y de Toros en el Continente Americano.

La Gira a la mexicana un giro en el rejoneo que bien estaría decir será de 360 grados, pues lo que se verá por allá será de franca novedad, por varias razones entre ellas ver un Joaquín Gallo con más espolones que un rejón de plata, secundado por una percha natural  entre la sonrisa que desafía a la temeridad y la maestría de agilidad, desencadenara en brindar todo un espectáculo acorde con los tiempos presentes.

 Que será coronado con suertes que jamás se han visto por aquel continente como torear a pelo, torear con el mexicanísimo zarape o con el sombrero de ala ancha tan circular como la fortuna de un hombre que se está jugando la vida a cara o cruz, trotar entre el aroma del tequila y lo barroco que  permite la explosión del rejoneo verdad, el que deja de lado los quiebros apantalladores y  las batidas  que no dejan de ser un recurso, ¡no!, el rejoneo de este centauro se da yendo de frente al toro, que allá es de trapío asustante, pa’ rejoneadores que con la frente en alto, calan alto sin duda, lo cual constituirán un acontecimiento de gallardía digna de admirarse en la cuna del rejoneo, en donde eso es lo que gusta,  la interpretación de un rejoneador de suertes naturales  firmadas con su sello propio.

Sin duda el apoderado Don José Goncalves vencedor de largas y concienzudas jornadas entre despacho y empresas   debutara  a un caballero  mexicano de corazón abierto, sin límites ni complejos porque ¡éste es gallo!, donde quiera que sea es Gallo.

Las Corridas populares, típicas y sociales

Siempre andamos conmemorando  con alegoría los aconteceres del pasado, aunque hayan sido  por alguna una tragedia, y cuando avistamos tal vez el que en quinientos años sea el hecho de mayor calado por su significado, que lo es la Fiesta Popular más antigua del valle de los caídos, porque eso ha sido Tenochtitlán desde su canibalismo cuando se comían los unos a los otros en caldoso pozole.

Cuando se embriagaban con los más puros y a la vez, sofisticados brebajes, cuando los grandes cuentistas hacían creer que un águila súper choncha se posaría sobre un enclenque nopal situado sobre un centro que ni siquiera estaba en el ombligo del rectángulo actual.

Ahí en la cabecera norte donde se construiría el mayor monumento a la corrupción de este país que no lo fue la Línea 12 del METRO,  lo fue la segunda Catedral  metropolitana porque la primera fue la llamada de Fray Juan de Zumárraga, que es donde hoy está el Sagrario, en cuyo venero se halla el bautisterio en metales preciosos más hermoso que se pueda uno imaginar y en el que fue bautizado El Emperador de los pasodobles su majestad Agustín Lara.

Lo que habría que conmemorar serían los muy probables últimos quinientos años de que se dio un festejo con toros y caballos, acto éste en su origen, que debió de haber sido muy distinto de lo que hoy se conoce como corridas mestizas por lo del origen español y la sangre náhuatl o azteca, que en conjunto con la afición, que no la plebe,  que es la que va a la plaza a embriagarse, a fumar puros baratos y tomar de botas de latex avinagradas por falta de pericia al prepararse.

Lo mismo en el tendido de sol que en el de sombra, donde la única diferencia son los trapos que se cuelgan, pues unos son  Totalmente Palacio y los otros son de atrás de Palacio Nacional pa’ más precisión de Correo Mayor, refiriéndonos claro a los de la Clase Media pero eso si pa’ lanzar  cojines al ruedo son los mismos pelafustanes y ya no hablamos de anilina ni de vasos cheleros llenos de agua de riñón, esa es la Fiesta que se ancló como alcayata en el tiempo, antes que la otra fiesta popular, la de la Guadalupana; Donde la tradición pone de rodillas a sus fieles hasta que les sangran los meniscos o los plantas de los pies se les desprenden a pedazos con tal de cumplir con sus peregrinaciones, y la Virgen tan campante, total ella solo recibió rosas de un sumiso Juan Diego, sin olvidar que en su momento también sufrió un atentado de bomba.

Aunque se quiera negar México desde siempre ha sido dado a lo que no se debería de dar, como repudiar a Sor Juana por su lesbianismo, como bendecir una pistola pa’ matar a un presidente, o como tratar de poner al toro y a su Fiesta como el amadísimo Dios más venerado por sobre todas las cosas, ideas de chalados perturbados mentales, pero sobre exhibicionistas que no quieren comprender; Que vivimos en una sociedad de la cual forman parte como espectáculo, las Corridas de Toros.

Esto viéndolo en su justa dimensión con todo lo que ello implica que es muchísimo, hasta llegar al Baile de las Máscaras, porque en esto que no es el juego de Juan Pirulero todos vamos a ver quién apaña a quien,  desde la falacia que por lo general con sus excepciones brota de los medios hasta la fantasía de un ‘Imposible.

Sin dejar de meternos en el socavón de pensar que en el ‘ruedo brota la cultura’. ¿En qué momento sucede eso?, ¿O acaso es cultura desangrar a un animal?, por vetustos e inhábiles puntilleros, esto después de en muchas ocasiones haberle serruchado las cornamentas buscando el ventajismo puro, ¿o es cultura estrellar a un toro  incómodo contra las tablas?, la neta es que los aficionados se hacen de la vista gorda a cambio del arte efímero de las suertes y tandas, las cuales se vuelven recuerdos  cuando se preservan a través de las obras de los artistas y maestros de diferentes géneros, que no todos andan a la alza o si no preguntémonos ¿hace cuánto que no brota un Pepe Alameda, un Paco Malgesto, un Juan Pellicer, un Carlos León, un Pancho Flores, un Manuel Benítez Carrasco, un Jesús Dávila, ¡vamos!, un Manolo Martínez, y de un líder en el tendido ni pa’ que hablamos si ya se palmó el aficionado del carrito de las cuatro extremidades de ruedas de baleros y el tronco de tablas de madera.

Más lo atroz no es que se piense eso, sino que ya vamos pa’ quinientos años y no hemos podido consolidar una correcta Fiesta de Toros, Toreros y Tendido, entonces ¿Cómo vamos a recibir el momento cumbre que será en el 2026?, el que hay que decir antes que nada está pendiendo de un hilo más delgado que el de una media de seda,  de esas meretrices chipén que las usan color humo, como escribiera el maestro Agustín Lara;

                                     

                                        Humo en los ojos

                                        al encontrarnos

                                        al abrazarnos

                                        el mismo cielo se estremeció…

                                          

Pues no dejemos de lado que con el haber entrado a una dictadura comunista, se le han abierto las puertas a cualquier pelangoche o arrabalera que son quienes hoy desde las Cámaras Legislativas pueden decir en una mañana de asquerosa cruda o menstrual  fastidio, que ya no les apetece que se siga dando cabida a una Fiesta  que pa’ ellos  es moneda de trueque y que les deja menos votos que los que les arriman  los amantes de la zoofilia o del simple gusto por vestir a sus perritos y/o nenes de rosa y azul, sin que les falte su cascabelito en el pescuezo, que eso nada tiene que ver con gozar y proteger a una mascota, así sean unos pájaros carpinteros o un San Bernardo más grande que un novillo de pueblo.

Así que vámonos con tiento a la hora de pensar celebrar, con campanas al vuelo, los quinientos años de Fiesta Taurina.

No vaya a ser que para entonces las corridas sean clandestinas, o reservadas a darse en el seno de las ganaderías o en cortijos privados,  pues lo que se viene  es en serio y sin que me ciegue la pasión, porque además no la poseo.

Hay que desarrollar y madurar el arsenal el que consta de tres armas letales, que lo son; el toro serio  que de naturaleza ahí está y se llega a desarrollar cundo se lo permiten hasta llegar a ser una verdadera Joya, el torero con hambre de ser y la publicidad masiva , esos son los detonantes que van hacer rugir la afición por la Fiesta Brava, donde algunos de los bravos han resultado ser  como Los Cuarenta y dos los que con tan poco armaron un escándalo del que a cien años todavía nos estamos ocupando en el Netflix.

 Cuando por el contrario, no se nos ha quedado en la memoria una serie, una tanda, un remate, que en la última temporada de novilladas nos haya brindado un aspirante a Matador y así con esa indiferencia. De percha mejor ni hablamos, quieren tomar la alternativa pues váyanse a Santo Domingo pa’ que con su domingo, se la compren.

Y desde luego a los quinientos  años la Fiesta Brava llegara sin un solo ídolo y eso sí, no se compra ni en  Tepito, ni en la ‘Botica Paris’ que es la mejor surtida.

¿Así nos estamos preparando?

Carlos Fuentes, La Región más Transparente

En su libro insignia como lo podrían ser varios ‘La Región más Transparente´ el catedrático icónico cuestiona entre mucho de sabiduría; ¿Pero cuál es el modelo, el modelo propio, y realmente salvador, que México debe atender?

Vaya sencilla contundencia de decirnos que tenemos que encontrar un modelo, en este caso de Fiesta que vaya acorde con lo que México requiere, y continua diciendo Don Carlos Fuentes; – Hay que disfrutar de este México nuevo, alegre (en aquel entonces) y cosmopolita, ¿no le parece?, hay que disfrutar porque todo mundo tiene derecho a gozar.-,  -Pero hacen falta hombres de veras, con quienes disfrutar. Entre ellos la vida social.-

Bueno eso lo ha entendido la empresa de la Plaza México con su mente fresca, donde ya no se torea con calzones de manta, ni se amarra a los cabestros con longaniza, ya los machos, esos como “El Meco” o “El Soldado” ya se palmaron, ya los nombres que al conjuro de ellos se llenaba la plaza son leyendas y casi familiares, el abuelo llevando al nieto de su manita, no creo ni que haya existido, ¡puro romanticismo!

Hoy el albero es más compartido, hasta se puede decir que la comunión se da lo mismo en el ruedo que en el atrio, ¿por qué limitar el gozo metafórico, al que se ha referido el maestro Carlos Fuentes?, y si eso incluye que en la plaza se expidan bebidas pues bien venidas con algunas consideraciones siendo la primera que sean bien servidas, por supuesto originales y nada más, que no las circulen durante la lidia por una sencilla razón;  Algunas de las señoritas que las pasan entre las filas de aficionados pues francamente están muy apetecibles y eso si es motivo de distracción, porque pa’ pasarse los pitones por el pecho están los toreros, así que cada quien, en su lugar.

Hemos aguantado 495 años de mucho doblar contrario, así que; que mejor, que ésta ruta final rumbo a los quinientos años, podamos llevárnosla alegremente.