El de aquí envuelve en el Fermín, los nombres de su abuelo, padre y hermano, además del de su otro fraterno, Manolo y su primo, José Manuel; previamente, Juan y Zenaido, quienes fungieron como banderilleros del inolvidable maestro de Saltillo.
Por la Iberia el primer Cayetano, activo desde 1918; sus hijos toreros, Cayetano, Antonio y Rafael. De ellos, el más importante Antonio, el maestro, padre de la madre del próximo confirmante, Carmen.
De ella y Francisco Rivera “Paquirri” nacieron los matadores, Fran y Cayetano.
Renglón especial merece el primo de los Ordóñez, Luis Miguel Dominguin.
Así, por donde quiera que se le mire la quinta corrida de la Temporada Grande huele a torero.
En nuestro país actuaron, prácticamente, todos, dejando honda huella. El tercer espada, con los toros de San Isidro, será Octavio García “El Payo”.
Ahora bien, este festejo se da gracias a la amistad que ha cultivado Miguel con el apoderado de Cayetano, Curro Vázquez, con quien alternó tanto en México como en España.
Entre ellos existe una profunda y mutua admiración como toreros. Curro quiso un padrino de peso para Cayetano, y a la vez el hijo de “Paquirri” deseó confirmar con un torero de importante historial.
Todos estos antecedentes le dan un sabor especial a la corrida, donde “El Payo” tiene la oportunidad de hacer firmes los bosquejos adquiridos en España, a fin de no quedarse en un simple testigo de la ceremonia de confirmación.
Difícilmente se podrían reunir tantos y tan renombrados apellidos como los Espinosa, Ordóñez, Rivera y Dominguín, en más de cien años de historia.