Y es que la tarde del domingo en Chiapas, Federico hizo el toreo de entrega, rematando con dos extraordinarias ejecuciones la suerte suprema.
“Abrir la Puerta Grande a través de hacer un gran esfuerzo, con una corrida que había que resolverle, tuvimos la suerte con el lote y pudimos cortar las dos orejas”. Señala Pizarro.
No siendo fácil la corrida de Coyotepec, Pizarro se empleo al 100% para arrancar cada trazo a cada unos de sus toros. “Me he sentido mejor con el segundo toro a base de meterme mucho con él, para hacerlo pasar. Hubo momentos que el toro me regaló embestidas de calidad y eso lo disfrutó el público”.
Los triunfos y buenos espadazos habían dejado de ser una constante para Pizarro quien a base de estar sobre el aparato y lidiando toros a puerta cerrada ha corregido la técnica.
“La verdad me habían hecho mucha falta las estocadas en muchos festejos anteriores para cortar las peludas, y es que dicen que sin espada no hay paraíso y de verdad el domingo fue distinto, Bendito Dios que llegó el triunfo”. Concluyó Pizarro.