Calor veraniego en pleno inicio de primavera, adelantamos una hora nuestro reloj y gozamos de una calidísima tarde de toros en la San Marcos hoy en Aguascalientes.

Personalmente me inclino más a ser feliz en el ‘horario de invierno’ aunque debo reconocer que los festejos en la plaza de toros se viven mejor en este horario, la gente se divierte más, los toros se comportan mejor y las fotos quedan también mejor. Por todos lados se gana.

Puntualmente y con lleno en sombra y una ligera entrada en sol se abrieron las puertas de cuadrillas para que desfilaran Christian Iván, Christian Antar y César Fernández -éste último con apenas dos novilladas a cuestas- para darle trámite a un encierro de San Martín, propiedad de la familia Bailleres y que, como dato particular, hoy lució divisa en negro por la reciente pérdida de Don Alberto.

Les cuento…

Christian Iván, otro novillero hidrocálido, quien al parecer ya habría toreando antes en el coso bajo el nombre de Christian Hernández ha tenido una actuación aceptable. Le mentiría amable lectora lector querido si le dijera que tiene ‘n’ cantidad de novilladas en su haber, pero si puedo decirle que verdecito ya no está; tampoco cuajado, aun tiene camino por recorrer y en el resultado de hoy es difícil intentar predecir un camino futuro bien trazado, está pues en ese limbo novilleril en el que caen muchos y del cual no logran salir nunca. Yo le ví medio trompicado en algunos momentos, aunque no hay que menospreciar el valor y la disposición. La capa puede tener notas aceptables, medió ‘aferrarado’ si se me permite la expresión, lo que me hace pensar que está intentando encontrar su propio estilo y por lo pronto hecha mano de lo que le gusta, que no es lo mismo a que le salga bien o lo ‘haga suyo’, expresión que usan los cantantes cuando hacen un ‘cover’.

Igual con muleta, abusó de las capetillinas, de los ‘desplantes muleteros’. Aquí creo que hay que ser siempre hondos y con temple para poder calar en el tendido, y este chamaco se desempeñó en el camino que está alumbrado con luces de neón…en el tendido la gente que pagó boleto se divirtió con él que al final es lo que cuenta y pesa.

Le siguió Christian Antar. Según mis colegas de la radio el chamaco tiene más de 50 novilladas, cosa que creo que hay que confirmar.

Antar tiene un toreo más de arte, más de finura y menos electricidad. Le tocó un primer novillo de mucha calidad, pero poquísima fuerza y ha hecho a mi parecer lo más artístico de la tarde, sin embargo, creo que al chamaco le cuesta, o le costó al menos hoy, conectar con el respetable. Con el segundo su desempeño fué igual de parejo aunque su novillo no le dejó espacio para lucir.

Los colegas del micrófono no le perdonaron nada; yo difiero, creo que en cuanto a técnica tiene todo ya para pasar a las grandes ligas. El tema aquí es saber si en el resto del país y de las plazas nacionales hay quienes quieran ir a verlo como torero. ¿Tendrá cartel? ¿Habrá oportunidad de llegar pronto a una alternativa? ¿Le gustará a los empresarios?

Yo creo que puede convertirse en un torero pronto, puede ser un buen torero, más tengo mis dudas en cuanto a su potencial arrastre o si acaso puede lidiar al más complicado toro, al de la taquilla.

Por último, el casi nuevo Cesar Fernández, quien a pesar del ‘verdor’ no se achicó e intento dar todo de sí. Eso es lo que esperamos de un novillero debutante en Aguascalientes. No, no hablaré de si tiene técnica, o de que estilo de toreo interpreta porque de verdad está verde, tanto que en su primero ni si quiera se percató que había que pedir permiso a la autoridad y ya estaba casi brindando la lidia cuando le llamaron fuertemente la atención detrás de tablas. Así de ese tamaño, sin embargo, hizo lo que pudo con lo mas malito del encierro. Hay que decir si, que la fortuna no le desamparó y se le presentó junto con su ‘bautizo de sangre’, ya que el complicado novillo de San Martín que cerró plaza se lo hecho a los lomos pegándole un puntazo en el muslo izquierdo del cual rápidamente broto un hilillo de sangre.

Torniquete presuroso y a seguir en la lidia por la cara. La fortuna, como lo mencioné, le ayudó a matar con certera puntería, estoconazo fulminante en todo lo alto, lagrimas en la cara del torero y oreja para el chamaco que la paseó como pudo antes de ser llevado a la enfermería. Esperemos que el parte médico llegue sin malas noticias y que se recupere lo más pronto posible.