México siempre ha sido una tierra de sueños, y en los últimos meses, me permitió cumplir una temporada importante para mí carrera profesional.
Sentir a México a través de su gente ha sido uno de los mayores privilegios, recorrer tantos kilómetros, maravillarnos con sus paisajes y en cada plaza sentir una afición que se desborda de emoción, son cosas que agradezco hoy, siempre. Culmina mi temporada y me voy con plena satisfacción de haberlo dado todo, me quedo con los triunfos, con las tardes de gloria y con aquellas que me llenaron de grandes aprendizajes.
Gracias infinitas a todos quienes han confiado en mí y me han hecho sentir uno de los suyos, gracias a Alejandro Amaya, maestro y amigo, a su familia, que siempre me han acogido con enorme cariño. Criadero de Caballos Caliente ha
respaldado cada paso que he dado en este país, y para ellos también es mi más profundo reconocimiento. Pieza fundamental en la vida y en el toro ha sido Othón Ortega, con su profesionalismo y lealtad que lo distinguen siempre.
Nada de esto sería posible sin todas las personas con las que caminé esta travesía, un equipo de trabajo que ha cuidado de mí y de la cuadra de caballos como nadie. Cada visita al campo bravo ha sido un respiro, una bocanada de
aire puro, mi infinito agradecimiento a los ganaderos que me han hecho sentir en casa, y que han confiado no sólo para llevarme a sus ganaderías sino también para lidiar sus toros.
Gracias a mi equipo de comunicación, Natalia, Diego, Manolo, por seguirme a cada paso. Me llevo muchas personas especiales, cada tarde dejó algo en mi mente, alma, y me hacen confiar en que pronto habrá un reencuentro. En
tanto, emprendo el camino a una nueva aventura lejos de aquí. Me espera una temporada más en la que deseo seguir creciendo profesionalmente, en tanto, queda la promesa de volver a esta tierra infinita llamada México.
Pronto nos veremos.
PACO VELÁSQUEZ