No recuerdo otra tarde como la de hoy en la centenaria plaza San Marcos. Me resulta complicado poner orden de ideas después del desorden acontecido hoy. Y es que no hay a quien irle. Entiendo claro, que todos son aspirantes a novilleros, que uno dice haber estado en España preparándose y que un par debutaron con caballos; entiendo además que el bien presentado encierro de ‘El Greco’ fue enrazado y complicado y que además ha sido el mas pesado en promedio de los siete encierros lidiados en la temporada, pero aún así las formas no deben perderse nunca y quedó más que claro que la suma de factores no ha dado los resultados deseados por todos -asistentes y participantes-, aún así, lo vivido y presenciado hoy deberá clarificar en los próximos días a los toreros si es que en verdad es en el ruedo donde quieren realizar y llevar a cabo su plan de vida.

No hubo alternante que diera muestras de ‘querer ser’, por el contrario, fue penoso como todos y cada uno de ellos no contaron con la mente necesaria para estructurar sus ‘faenas’ y menos poner al menos orden en sus quehaceres.

Pies inquietos, desarmes constantes, miedo en sus rostros, falta de ideas claras y sobre todo verdor, mucho verdor en su técnica durante los tres tercios. Bajonazos de vergüenza, salidas al tercio inmerecidas, hubo uno que incluso se atrevió a dar una inmerecidísima vuelta al ruedo y coba, mucha coba por parte un muy buen sector del público que deseoso de una tarde agradable se perdió entre el jaleo charloteril.

Nada que rescatar mas que la buena asistencia de la plaza y la buena presencia del ganado propiedad del Sr. Carlos Salas.

¿Es esto lo que queremos rescatar de los voraces antitaurinos? ¿Donde está el producto de los maestros de la escuela taurina municipal? ¿Porqué nadie puso orden en las actuaciones del aspirante a banderillero al que la muchedumbre terminó irrespetuosamente coreando? ¿Dónde quedó el respeto al traje de torear? 

En fin, mucho que reflexionar tenemos hoy los que asistimos a esta desastrosa séptima novillada. Los de a pie: Daniel Prieto que cual festival se autopremió con una vuelta al ruedo, Jaime Navarrete que por su cuenta se asomó al tercio, Enrique Melchor con discretísimas palmas, Paco Velasco, otro que también sin pudor alguno se auto asomó al tercio, Gael Castañeda en su primera actuación con caballos con dos sendos avisos tras una impresentable sesión de baile en lugar de toreo, y Pablo Rangel, que también debutó con picadores que lleno de miedo no quiso ni ver a su enemigo y lo mal mató tras iniciar el último tercio.