[José Mata] Ciudad Juárez es una parte importante de nuestro amado México que está siendo devastada por la violencia, y sin embargo, su población, muy a pesar de que las calles estén casi vacías y el arroyo vehicular luzca casi sin coches, dentro de cada hogar habitan maravillosos seres que están ávidos de ser felices y de volver a tener una vida normal.

Esto de ser felices, de recuperar su vida, de volver a vivir intensamente lo hemos comprobado cuando se ha convocado a dos carteles para celebrar el Bicentenario en la plaza Alberto Balderas de Ciudad Juárez, y en una primera sesión, en la que han participado con toros de San Miguel de Mimiahuápam, Fermín Spínola, José Mauricio y Antonio García El Chihuahua, llenaron los entusiastas aficionados taurinos, poco más de media plaza, en lo que resultó una exitosa corrida.

Ocho días después, la semilla que había germinado -en el festejo anterior- plena de vida y de esperanza, con toros de Manolo Espinosa para Óscar López Rivera, Guillermo Martínez y el español Roberto Galán, logró llenar las dos terceras partes del aforo de tan ya emblemático coso, para ser testigos de otra gran corrida, que les motivó a seguir viviendo su espectáculo favorito.

Si bien es cierto, que en la población de Ciudad Juárez existe esa imperiosa necesidad de vivir a plenitud, de ser felices, también es verdad que el gran público taurino juarense salió a defender a su fiesta y protestar contra esos llamados antitaurinos, de la mejor forma que se puede hacer:

Ir a las plazas de toros y llenarlas.

Por supuesto, que los jóvenes toreros hicieron su parte, se volcaron ante el entusiasmo del respetable y dieron ese aire renovador que oxigena a la Fiesta, en maravillosas faenas, y por consecuencia necesaria, otorga continuación y vigencia a la Fiesta.

Ese aire de libertad que buscan afanosos los habitantes de Ciudad Juárez, en su faceta de aficionados lo han demostrado de forma contundente, convirtiéndose en ineluctable ejemplo a seguir, por todos aquellos que andan buscando defender a Cataluña de la absurda prohibición que los propios catalanes no han sabido defender, en lugar de empezar por devolver la grandeza a nuestra Fiesta.

Lector amigo, siguiendo el ejemplo de estor maravillosos aficionados de Ciudad Juárez, no existe mejor manera para defender nuestra amada Fiesta ni mejor protesta contra los llamados antitaurinos que LLENAR LAS PLAZAS DE TOROS.

Tomemos cartas en el asunto, y vayamos convencidos… porque apoyando a nuestra Fiesta a través de llenar las plazas de toros, le daremos vigencia y continuación; y al mismo tiempo estaremos apoyando a conformarse a toda esa juventud torera de México, que promete mucho, y en bastantes casos está cumpliendo.